Libros: Suelta de Mario Valdovinos, una novela diferente

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Escrita como un extenso monologo-correo de una nieta a su abuela, la novela breve de Mario Valdovinos es una pequeña joya de reflexión y humor

Santiago, Chile.- Hace rato que vengo escuchando eso de “hay más escritores que lectores en el mundo” y, a  veces, lo creo. Cada día las editoriales- grandes y pequeñas- presentan publicaciones que se pierden entre la niebla de la híper conectividad, quedando relegadas injustamente a recibir módica atención de los medios o a la suerte del lector busquilla. La novela breve de Mario Valdovinos, Suelta, es un claro ejemplo de ello.

Se trata de una obra del 2014, publicada por Editorial Forja, que, si bien tuvo notas de prensa, merecía más atención. Gracias a Jaime Piña, director de Revista La Noche, conocí al autor y un par de días más tarde, recibí el libro. Una grata sorpresa, sin duda.

La voz de Suelta

Mario Valdovinos estudió literatura, es profesor, actor, dramaturgo y colaborador de numerosos medios – entre ellos Artes y Letras de El Mercurio– y ha publicado varias obras . Es decir, no es un aparecido y Suelta lo confirma.

Se trata de un extenso monólogo con voz femenina – Colombina es su nombre- que se interna por los vericuetos del alma y de la ciudad de Santiago, al mismo tiempo.  Una actriz que, se asume bordea los 25 años, escribe un mail a su abuela, la que tiene una presencia silenciosa evidente (a ratos podemos pensar que está frente a la protagonista). En el correo, Colombina intentará paliar su soledad de mujer recién independizada, contando a la anciana lo que vive en su nueva situación.

                Todo agoniza y todo sobra. ¿Por qué tanta nada y tan poco ser?,                se preguntaría el más rasca de los filósofos existencialistas.

La vida de la chica, con sus éxitos y sus fracasos, va pasando con rapidez por las páginas del libro con un lenguaje a ratos poético, que reúne la cultura de varias décadas: la de los padres de la joven, la propia y la de su abuela a quién admira e intenta comprender a la vez.

Recuerdos de canciones, poemas, su familia, viajes e historia, se mezclan con facilidad en el relato de la actriz que reza, en un acto irónico dado el rechazo de su educación de colegio católico – “Doña Pidén”- por descubrir quién es y qué será de su vida.

El humor es otra característica de Suelta. Incluso las reflexiones más profundas tienen un dejo de humor. Y los pensamientos cotidianos generan más de una identificación, por su forma.

   Y a los tirables les miro primero la estatura- nada con los    pachachos-,     después la cara,el pelo, la nariz, las manos, la espalda y sueño con gotas     de agua de la ducha corriendo    por sus cuellos, con la ansiedad de    descubrir en esa zona erógena para mi (ya le explico), un tatuaje sobre el    amor eterno que me tendrán, un diseño con mi nombre entrelazado, un    signo dibujado para que me adoren y me veneren más allá de todo;   me    fascina la espalda de los hombres por los que deliro, les cuento los poros y   los granitos, juego a enroscar su pelo en mis dedos y me pongo fetichista.

Valdovinos utiliza un lenguaje que convence desde el principio. En las primeras páginas, el lector se introduce en el mundo de Colombina y en él verá reflejado al ser humano post adolescente (no importa su edad cronológica), a la mujer chilena  amante de la cultura, con ansias de crecimiento y brillo, aquella que escapa de su complejo de Edipo – aunque lo sigue viviendo-  para entregarse al mundo, para experimentarlo, para convertirse en una “suelta” como decían las abuelas, y hacerlo con el favor de Dios.

                                                                                      Mary Rogers G


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